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Foto: AFP

¿Guaviare bajo fuego? *

Kyle Johnson

23 de septiembre de 2024

El departamento de Guaviare no es conocido por sus altos niveles de violencia comparado con otros lugares como el Cauca o Nariño, pues normalmente un solo grupo armado ha tenido el control hegemónico. Sin embargo, esto puede cambiar pronto, lo cual genera dos escenarios de riesgo para la población civil: una confrontación entre los de ‘Mordisco’ y los de ‘Calarcá’ y un incremento de la intensidad del conflicto entre la Fuerza Pública y el Bloque Amazonas de ‘Mordisco’.

Hace pocos días el Bloque Amazonas de lo que antes se conocía como el “Estado Mayor Central” anunció que confrontará militar y violentamente a sus ex camaradas del Bloque Jorge Suárez Briceño, liderado por alias ‘Calarcá’, y quienes siguen en la mesa de negociaciones con el gobierno. La temida “guerra” entre ‘Mordisco’ y ‘Calarcá’ pareció empezar en Cartagena del Chairá, con un combate entre ambas fuerzas el 20 de agosto, en el cual murieron cuatro miembros del bloque de ‘Mordisco’, quien, a su vez, acusó a ‘Calarcá’ de haberlos ejecutado.

Si esta confrontación sigue, varios lugares del país estarán en riesgo, incluido algunas zonas de Caquetá, Putumayo y Huila, donde ambos grupos operan geográficamente cerca el uno al otro. Incluso, el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría del Pueblo ya alertó por hechos de violencia y presiones sobre las comunidades por esta confrontación en Cartagena del Chairá, en Caquetá.

Otra zona de riesgo de esta confrontación es el Guaviare. Un punto donde los dos grupos operan bastante cerca es La Cristalina, y varias veredas en límites con Meta y entre San José del Guaviare y Calamar. Este sector preocupa a varias personas consultadas en el departamento, y tiene las condiciones para ser un punto temprano de confrontación.

Otro lugar donde se pueden dar actos de violencia en una posible guerra entre ‘Mordisco’ y ‘Calarcá’ es el Guayabero, especialmente en Puerto Cachicamo y sus alrededores. Este punto es uno de los corazones del Frente Jhon Linares, del Bloque Jorge Suárez Briceño, y hay miembros de la comunidad que desde ya anticipan que los de ‘Mordisco’ buscarán tomarse el caserío.

Pero parece que la preocupación por una posible ofensiva de ‘Mordisco’ también la tienen ‘Calarcá’ y sus unidades en estos territorios. Según diferentes fuentes, ‘Calarcá’ ha traído combatientes de Caquetá y Putumayo a distintos puntos en el área para reforzar el Frente Jhon Linares, en anticipación de un ataque del Bloque Amazonas de ‘Mordisco’.

Sin embargo, hasta este momento, las movidas de ‘Mordisco’ hacia el territorio de ‘Calarcá’ en Guaviare parecen ser mínimas: un par de pancartas del Frente 44 en el corregimiento de Capricho, donde opera el Frente Jhon Linares.

El riesgo latente, igual, no es tanto para las unidades armadas en el territorio, sino para la población civil. Especialmente para las Guardias Campesinas, a quienes los grupos ven como parte de la base social de su enemigo armado. Al mismo tiempo, las Juntas de Acción Comunal pueden ser un blanco particular de violencia por la misma razón, aunque, de nuevo, la cosa no es tan así. Finalmente, miembros de varias organizaciones sociales también pueden tener un riesgo particularmente alto.

La relación de cada uno con las disidencias en la zona es mucho más compleja y menos directa, pero la estigmatización que han tenido solo alimenta la visión de los grupos armados y puede terminar justificando violencia en su contra. En estos casos, lo que termina importando cuando los grupos armados actúan violentamente es su percepción; la realidad de estos actores sociales no tanto.

Adicionalmente, existe otro riesgo en el departamento por el fin del cese bilateral con el Bloque Amazonas, decisión correcta por parte del gobierno ya que no está sentado en ninguna mesa de negociación. Es de esperar que se intensifique la confrontación entre la Fuerza Pública y los de ‘Mordisco’ en el departamento, como se vio con la muerte en una operación militar – aún no del todo clara – de alias ‘Stiven’ y posiblemente otros disidentes más a finales de agosto.

En este contexto, también es esperable mayor presión del Bloque Amazonas sobre la población civil por no tener ningún vínculo con la Fuerza Pública, ni de filtrar información de lo que pasa en las zonas bajo su control, ni a los militares ni a la gente de Calarcá.

Incluso, este año, ya se han dado varios hechos violentos relacionados con acusaciones hacia civiles por supuestamente tener este tipo de conexiones. Por ejemplo, Zayra Enciso Gómez, una lideresa social de Miraflores, fue asesinada en abril del 2024 por el Frente Primero, quien la acusaba de ser informante porque tenía un novio en el Ejército. En marzo de este año fue asesinada Claudia Berrio Moncada en el caserío de La Paz, en el Retorno, después de ser acusada de ser informante. El Frente 44 no permitió que se recuperara su cadáver, con Mordisco afirmando que “eso es lo que pasa a los sapos”. La masacre de tres personas en Lagos del Dorado, en Miraflores, este año, también estaría relacionada con esta acusación.

Estos hechos han tenido lugar dentro de un cambio en el manejo del control territorial por parte del Frente Primero y ahora Frente 44. Desde que alias ‘Frank’ se rompió con el Frente Primero en diciembre del 2022, ‘Mordisco’ ha traído a nuevos comandantes a la zona, la mayoría sino todos, de afuera del departamento, con la orden de que aseguren el control del área y que no se repita el episodio de ‘Frank’. ‘Yimy Mendoza’, quien apareció en un video como el comandante del Frente 44, es del Cauca, por ejemplo.

Frente a ambos escenarios de riesgo, la protección de la población civil es clave. En una probable confrontación entre ‘Mordisco’ y ‘Calarcá’, la gente será la principal víctima. En un contexto de operaciones militares contra el Bloque Amazonas, también serán las comunidades quienes sentirán los efectos del aumento de control y violencia por la disidencia. Aunque se han dado ya asesinatos, casos de amenazas y desplazamientos, éstos pueden aumentar.

Las comunidades de muchas partes del Guaviare ya sienten la presión y violencia de ambas disidencias en el territorio. Lo que no quieren ahora es que de alguna forma todo empeore.

 

Este artículo fue publicado originalmente en El Espectador el 23 de septiembre de 2024*

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