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Foto: AFP

¿Cómo entró y se consolidó el “EMC” en el Huila?: Un debate actual sobre seguridad y paz *

Ángela P. Aguirre J. Ángela María Gómez Vega

17/07/2024

Las disidencias del Estado Mayor Central (“EMC”) no han hecho sino crecer desde que llegaron al Huila en 2018. Primero fue la Columna Dagoberto Ramos del Bloque Occidental la que de manera articulada con otras estructuras del Cauca llegó por el occidente del Huila. En 2020 entró el Frente Ismael Ruiz a La Plata, expandiendo su injerencia hacia el norte, en el municipio de Aipe y los corregimientos de San Luis y Chapinero, en un proceso que tardaría cerca de dos años. Por su parte, los frentes Darío Gutierrez e Iván Díaz apoyaron el crecimiento del “EMC” en la región con su llegada por el norte y el oriente del departamento en 2023. Y este año ya dieron sus primeras muestras de entrar con vallas y pancartas el Bloque Central Comandante Isaías Pardo y el Frente Hernando González. 

¿Cómo entraron las disidencias del “EMC” al departamento y cómo lograron una injerencia dominante?

Después de la firma del Acuerdo de Paz con las FARC-EP en 2016, las comunidades retomaron su poder de organización ante la ausencia del Frente 17, que ejercía un control social y territorial indiscutible en las zonas rurales de Neiva, Tello y Baraya. Una muestra de ese intento por retomar su organización fue en 2017, cuando en las veredas de estos municipios, los campesinos se organizaron para combatir el robo de leche, reuniendo dinero para comprar radios de largo alcance y conformar una red para dar aviso en caso de ver personas extrañas en la región1

Entre 2017 y 2020, las comunidades, a través de las JAC, buscaron retomar el control de sus capacidades organizativas para satisfacer las necesidades básicas y resolver los conflictos sociales que antes la guerrilla de las FARC solucionaba con su gobernanza armada. Pero este esfuerzo no dio resultados por varias razones: la falta de apoyo estatal a las instituciones locales en su intento por retomar sus funciones;  la falta de legitimidad de las instituciones a la hora de sancionar conductas que alteraban la buena convivencia; y la entrada de dos grupos disidentes en disputa por la región, el “EMC” y la Segunda Marquetalia (SM).

La SM operó desde 2020 en Algeciras bajo el mando de alias “El Paisa” – ex comandante de la Columna móvil Teófilo Forero en las antiguas FARC-EP, asesinado en diciembre de 2021, quien mantuvo sus redes de apoyo incluso después de firmar el Acuerdo de Paz de 2016, al mismo tiempo que subcontrataba bandas criminales para hacer el trabajo más sucio, como asesinar ex guerrilleros y ex milicianos de las FARC-EP. 

Por su parte, uno de los factores que permitió y facilitó el ingreso del “EMC” al Huila fue la presencia histórica de las FARC-EP y la implementación de una gobernanza armada frente a las comunidades. Esto, sumado a la incapacidad del Estado de retomar los vacíos dejados por la antigua guerrilla tras la firma de los Acuerdos de Paz y la superioridad militar y organizativa que el “EMC” tenía respecto de la SM. 

Fue así como empezaron a converger los planes expansionistas del “EMC” con las condiciones territoriales que facilitaron su llegada y consolidación a través de una nueva gobernanza armada. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, entre 2018 y 2019 llegó la columna móvil Dagoberto Ramos del “EMC” por el occidente del Huila, a través de Íquira, La Plata, Nátaga y Paicol, en busca de una conexión estratégica entre el Cauca y los departamentos del Putumayo, Caquetá y el Amazonas. El objetivo era coordinar las estructuras armadas del occidente con las del oriente del país para controlar, entre otras, las rutas del narcotráfico. 

La injerencia dominante del “EMC” en la mayoría del departamento empezó a hacerse evidente durante la Semana Santa de 2023 cuando, entre el 1 y el 9 de abril, en la vereda las Perlas de Baraya, y en la zona rural de Neiva y Tello, el grupo citó a reuniones con los presidentes de las JAC y comerciantes y les dijeron las nuevas normas sociales, según tres fuentes académicas, institucionales y comunitarias entrevistadas.

Fuentes que hacen seguimiento al conflicto en el departamento desde hace varios años y pobladores dicen también que el control social del “EMC” se hace a través del cobro de extorsiones, la carnetización a los habitantes o la presentación de una carta de recomendación para entrar a municipios como Baraya. Otra fuente que conoce la afectación humanitaria en el departamento asegura que con manuales de convivencia prohíben actividades comunitarias con sanciones tipo multas, como sucede en Vegalarga, zona rural de Neiva. 

Las amenazas a los exguerrilleros de las FARC-EP ha sido otra característica de la presencia del “EMC” en Huila. En abril de 2023, el Frente Darío Gutiérrez convocó a una reunión a excombatientes miembros de la Cooperativa Multiactiva Agropecuaria por la Paz, para amenazarlos directamente, y señalar a su representante legal de ser colaborador de la Segunda Marquetalia, hecho que generó su salida forzada del territorio. Esta cooperativa agrupa al menos a 70 firmantes que le apuestan a proyectos de economía solidaria y el desarrollo del sector agropecuario.

Según uno de los excombatientes con quien dialogamos, estas amenazas demuestran la manera en que los firmantes de paz se encuentran en medio de las disputas entre las disidencias, lo que marca un riesgo de seguridad tanto para ellos, como para las demás personas que trabajan en la Cooperativa. 

El posicionamiento del “EMC” también se ha evidenciado a través de combates, como los presentados el 27 de julio de 2023 entre las Fuerzas Militares y el Frente Dagoberto Ramos, que dejó como consecuencia a más de 100 personas desplazadas forzadamente en la vereda San Miguel del municipio de La Plata y la muerte de una niña de 4 años, víctima de una bala perdida. O los enfrentamientos de agosto de 2023 entre el Frente Rodrigo Cadete del “EMC” y la Compañía Fernando Díaz de la SM en el corregimiento de Santana Ramos, de Puerto Rico (Caquetá) en límites con Algeciras, donde la SM perdió varios integrantes.

Durante el proceso de consolidación del “EMC” en Huila, el gobierno nacional firmó, en octubre de 2023, un cese al fuego bilateral con esta disidencia, que aprovechó para fortalecerse política y militarmente en los municipios de Tello, Baraya, Neiva, Algeciras, La Argentina, La Plata e Íquira. Mientras tanto, la gente en Huila reclama la seguridad que hasta ahora el Estado no les ha dado. 

En lo que va del 2024, el recrudecimiento de la violencia, el aumento de “ajusticiamientos”, reclutamientos, citaciones a presidentes de las JAC y pobladores para el cobro de extorsiones cada domingo en el sector del Danubio, límite entre Huila y Caquetá; y la carnetización de zonas rurales de Garzón, han ocasionado un temor generalizado; situaciones de violencia que la Defensoría del pueblo documentó en su más reciente alerta temprana (012-24), respecto de los municipios de Gigante y Garzón.

Incluso ahora que se mantiene el cese al fuego hay combates con el Ejército, lo que significa que las unidades del “EMC” tienen la capacidad militar para defender el control territorial que han consolidado desde el 2023. Además, el continuo ejercicio de la violencia por parte del “EMC” hacia la población, ha hecho que los gobernantes locales soliciten un levantamiento del cese al fuego, sin considerar que esto podría generar un escalamiento de la violencia, como ha sucedido en los departamentos en donde el Cese se suspendió y se han agravado los impactos humanitarios de la guerra en la población civil. Una situación compleja que pone en el centro del debate si es mejor hablar de seguridad o de paz en el Huila.

1La Silla Vacía.(2017). Sin Estado, la gente se organiza donde ya no hay FARC. https://www.lasillavacia.com/silla-nacional/region-sur/sin-estado-la-gente-se-organiza-donde-ya-no-hay-farc/ 

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